miércoles, 9 de febrero de 2011

Lalo kada recuerda la grama del colegio...

Lalo esta acostado en su cama con los brazos debajo de su cabeza. Son a penas las cinco de la tarde de un martes. Ya ha pasado mucho tiempo desde que se encontró con Wilfredo, su ex que siempre termina más allá de la cama. De pronto, Doña Conchita, quien le alquila un cuarto al fondo de su casa, toca a su puerta y le avisa que un hombre lo busca. Lalo, salta de la cama vestido con un short diminuto de color blanco, una camisola rosada que le talla muy apretada luego de unos meses en el gym y una singular gorra multicolor. Asoma su cabeza y sólo ve la silueta de un hombre en la puerta de su casa opacada por el sol. Camina y es Ricardo, su primera mamada.

-          ¡Ricardo, que gusto verte! Pasa y platiquemos.
-          Mi lalito del alma, has echado cuerpecito.
-          Sí, me metí al gym y ahora ya puedo presumir, como vos siempre lo haces.
-          ¿Y siempre en tus andanzas?.
-          Pues toda la vida, desde vos todo ha ido viento en popa.

Sentados en el patio bajo un palo de mango, Lalo y Ricardo reviven el primer día en que se conocieron. No parece que fue en un parque cuando Ricardo no se asumía gay, luego de una traumática experiencia con un maestro en la primaria, y  Lalo de 17 años empezaba a rodearse de gente diferente en su pueblo. Esta misma noche, Lalo se le insinuó a Ricardo y este respondió a sus propuestas. Lo demás sólo la grama en el campo del Instituto de su ciudad y ellos dos lo saben. De pronto, Ricardo le pregunta:

-          Y tus hombres, Lalo?
-          Me ofendes Ricardo, no son mis hombres son mi juguete sexual. Vos sabes!

Sonríen efusivamente, cuando cruzan una mirada matadora. Lalo se levanta y va a su cuarto a ver si tiene condones y lubricantes. Doña Conchi había salido y la conversación daba a más.

-          Ricardo, vení a mi cuarto.
-          Ya voy…
-          Y…entonces…

Ambos se besan con mucha euforia. Ricardo rápidamente se desabotona el pantalón y se pone de espalada a Lalo, este al ver que Ricardo que ya no es el machito que decía ser, aprovecha el momento y confirma la realidad del dicho “sí la vida te da la espalda, tócale las nalgas” y más si es tu primera mamada.

No hay comentarios: