Este 17 de mayo se conmemora un año más en el Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la homosexualidad de las listas de enfermedades mentales. De ese 17 de mayo de 1990 ya más de 19 años. Sin embargo, las actitudes homofóbicas y transfobicas aún son latentes a nivel individual, laboral y social.
La historia más reciente de la Diversidad Sexual en Nicaragua nos traslada a los años 80 cuando los primeros grupos de personas sexualmente diversas se empezaron a reunir para trabajar en beneficios de otras personas Gays-Lesbianas-Trans. Sin embargo, tenían un denominador común, todas trabajaban en torno a la salud sexual y reproductiva de hombres y mujeres, enfocados en educación. Sin embargo, los años pasaron y el tema se diluyo aún más. Es hasta hace poco más de tres años que las organizaciones de diversidad sexual como tal slen al público y luchan en las calles por sus derechos.
En términos reales, nuestro país no ha avanzado nada para eliminar la homofobia. Primero, no hay una política de estado sobre temas de Diversidad Sexual, que incluya educación sexual para jóvenes, acceso a la salud para gays, lesbianas o trans y leyes que garanticen el pleno ejerció de cada ciudadano sexualmente diversos. Aunque, el Gobierno de Daniel Ortega creó una Procuraduría Especial para la Diversidad Sexual, no se puede dejar de pensar que es un enganche político para atraer esos votos ante las próximas elecciones. Segundo, aún nuestra sociedad mantiene arraigado fuertemente principios católicos que son del siglo pasado y que al parecer ni sus propios custodios toman en cuenta. Tercero,
Todo esto nos hace recordar, dos casos recientes de homofobia y tranfobía que han sido relatadas con mucho detalle en los medios. Fue en marzo cuando el Diputado Mario Valle, de la Comisión de Educación de la Asamblea Nacional, acoso a un joven estudiante de la Universidad de Managua, para que dejará a su pareja sentimental que era otro hombre. De tal modo, que el Diputado Valle obligo al joven a cambiarse de turno y, debido a que el joven trabaja los fines de semana, este se salió de la universidad. Un caso que fue denunciado y retomado por la misma Procuradora, Samira Montiel, pero es hoy dos meses después no hay una postura oficial de las “investigaciones” realizadas por la entidad gubernamental. Seria una buena forma de conmemorar y reforzar el día en contra de la homofobia, con una postura oficial y fuerte de la Procuradora.
En otro nivel, abordaremos un caso del que poco se ha hablado y al que no se le ha dado la suficiente atención, ni siquiera nosotros. Nos referimos al caso del travesti Dimer Gutiérrez, quien fue acusado de homicidio imprudente. Si bien, el acusado estaba en estado de ebriedad, ¿Cuántas personas no causan accidentes a diario y no son acusadas?
Estos dos casos, demuestran como la identidad y preferencia sexual están antes al momento de valorar los derechos de las personas sexualmente diversas.
En efecto, en Nicaragua a pesar que ya no existe una legislación que pene las relaciones entre personas del mismo sexo, no existe un plan integral ni de las organizaciones que trabajan el tema de diversidad sexual, para contribuir a eliminar la homofobia y la tranfobía.
Pero, ¿Qué hacer? Lo ideal sería hacer una coalición de organizaciones que trabajen un plan nacional para impulsar una campaña informativa sobre la Diversidad Sexual, no más plantones, si no más acciones educativas en colegios o centros públicos, donde las personas se den cuenta que los homosexuales, lesbianas y trans somos más que un show público.
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